Silencio en las entrañas:
la vida palpita,
en ritmo atávico.
Cobijo el origen del mundo
el origen del ser,
conozco la fuerza del big-bang
y de Kali la danza. Contengo
universos en expansión.
¡Escúchame!
«Me sale del coño»- dices.
No, más adentro,
sales de un silencio ancestral
de un silencio oprimido
por la máquina y el cálculo.
«Salgo de tu coño»- te digo,
y mi fuerza es la de todas
las mujeres que te precedieron.
Sus úteros en el mío,
su voces en la mía.
Sales, salgo, salimos.
¿Tienes miedo de tu sangre lunar?
¿Te da asco? Mírala!
En ella la vida, roja,
rojo el amor,
roja la muerte,
rojo el beso del amante.
Escúchala, a tu sangre.
Bailala, tu sangre.
Entre las piernas,
intra-vagina:
el vacío creador.
De repente, la serpiente
despierta.